El coche eléctrico ya no es el futuro, es una realidad presente en las carreteras españolas. Sin embargo, a pesar del creciente interés impulsado por la conciencia medioambiental y los avances tecnológicos, muchos conductores aún dudan en dar el salto. Dos fantasmas principales rondan sus mentes: ¿Dónde y cómo voy a cargarlo? y ¿Me quedaré tirado por falta de batería? Estas preocupaciones, sobre todo en torno a cargar un coche eléctrico en 2025, son las principales barreras que frenan una adopción más rápida. Pero, ¿cuánto hay de mito y cuánto de realidad en 2025? En AUVE vamos a analizarlo con datos sobre la mesa.
La percepción generalizada es que faltan puntos de recarga, que están mal distribuidos, que muchos no funcionan (los temidos cargadores “fantasma”) y que usarlos es complicado (distintas apps, métodos de pago, etc.). A principios de 2025, aunque la cifra de puntos operativos superaba los 46.000, unos 13.000 seguían inactivos por burocracia. La mayoría son de carga lenta (AC), no los rápidos (DC) que muchos desean. La fiabilidad de la red sigue siendo un punto crítico para la carga de coche eléctrico en 2025.
La “ansiedad por la autonomía” sigue siendo un miedo común. El desconocimiento sobre el uso real y la desconfianza en los puntos de recarga lo alimentan, pero hoy está mucho más gestionado.
En 2025, la carga del coche eléctrico no debería ser un impedimento. Las soluciones existen, tanto para el uso diario como para viajes. Si puedes cargar en casa, resuelves el 90% de las necesidades. Y con buena planificación, los viajes largos no son problema.
Antes de rechazar un coche eléctrico, analiza tu movilidad real y aprovecha las herramientas actuales. Quizás descubras que en 2025, la carga del coche eléctrico no es un obstáculo… sino parte de la solución.
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